Queridos lectores!!
Como habréis leído en la entrada anterior, el siguiente paso de nuestro viaje es elegir la escuela donde hacer el curso. Esta es una decisión muy importante, no sólo para los meses venideros sino para nuestro futuro como pilotos bien formados.
La primera criba la redujimos a dos candidaturas: Aerocaña (Ocaña) y Mydair (Robledillo de Mohernando).
En primer lugar, concretamos una visita a Ocaña, pues el modelo de aeronave (una Tecnam P92) se asemejaba algo más a mi objetivo de compra a largo plazo. Cuando llegamos, el instructor, Alejandro, nos esperó con una sorpresa: un vuelo de prueba a los mandos de media hora cada uno. Por mi parte, aquello fue una experiencia que nunca olvidaré!! Nunca había subido en ninguna avioneta más pequeña que los aviones comerciales habituales, y ahí estaba yo, directamente a los mandos!!
Dimos una vuelta por los alrededores, sobrevolando Ocaña, Noblejas, Ontígola, etc... Durante el despegue acompañé a los mando al instructor y, una vez arriba, estuve siguiendo sus indicaciones ya hasta el aterrizaje. Virajes, giros 360, ascensos, descensos... Me parecía mentira que todo fuera tan sencillo, como tantas otras veces practiqué en los simuladores!!
El aterrizaje fue simple, lento y muy seguro... Me encantó el comportamiento de ese avión, aunque todo era extremadamente pequeño e incómodo desde dentro.
Salimos los tres muy contentos con la experiencia y, yo ya habría cerrado el trato si no es porque Víctor, de forma más práctica y prudente, me recordó que aún debíamos probar la otra escuela. Además, si bien es cierto que el vuelo había sido muy sencillo y excitante, debo reconocer que la falta de experiencia docente del instructor (un jubilado que, para mantenerse activo durante su jubilación, había montado su propia escuela), hizo que realmente nos preguntáramos si ese tipo de escuela era la adecuada para aprender todo aquello que te puede salvar la vida en cualquier momento...
Finalmente llegó el momento para probar en Mydair y, para ello, utilicé una Smart Box que me regaló Maribel por mi cumpleaños. Como creía tan importante que lo experimentara mi mujer como yo, pues era la mejora manera de conseguir su complicidad con mi sueño, decidí compartir mi vuelo para hacer mitad ella y mitad yo. Primero salió ella e hizo un vuelo de unos 15 minutos que, incluso, llegó a manejar a ratos... Se bajó muy contenta y satisfecha con la experiencia y eso me llenó de esperanza con esa escuela.
Posteriormente, me tocó el turno a mi y, en lugar del vuelo contratado de 15 minutos, estuve haciendo uno de más de media hora con el instructor, Benito. Como curiosidad, en est ocasión me colocó donde el acompañante, pues no era una clase al uso... Aquello fue determinante para decidir dónde quería sacar la licencia!! Benito está a años luz del anterior instructor, por su profesionalidad, su forma de explicar y su pasión por el vuelo. Además, la aeronave es una pasada... Es una EuroStar de Evektor, de ala baja, y con unas características en vuelo fantásticas. El vuelo fue una delicia, cogiendo los mandos ya en el aire y, de nuevo, llegar a aterrizarlo con la supervisión de Benito. Al terminar el vuelo, estuvimos hablando de los medios disponibles por la escuela y de la forma de pago, totalmente personalizable. No fue difícil tomar la decisión y, tras comentar con Víctor y Nacho mis sensaciones, la escuela elegida para cumplir nuestro sueño fue Mydair!!
En las próximas entradas iremos explicando el proceso de la obtención de la Licencia de Piloto Alumno, sobre todo, las exigencias del Reconocimiento Médico.
Hasta la próxima!!!
Daniel
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